No os pasa a vosotros, que os dejáis llevar por la rutina diaria y muchas veces no os planteáis si eso es lo que realmente queréis o lo que más os gustaría hacer en ese momento.
Pues bien, el otro día pensé que quizás mis tardes están llenas de rutinas que hemos ido creando con el paso de los meses y que quizás las cosas que hacemos, no son las que más le apetece hacer a mis hijos.
Así que he decidir darme una semana de observación, tardes en las
que no tengo ningún objetivo, mas que observar a mis hijos y captar todos esos mensajes que nos mandan a través de sus actos o comportamientos. Tardes de aprender que quieren y que es lo que más le gusta, sin prisa por llegar a ningún sitio.
De momento, creo que esta experiencia me esta ayudando a conocer un poco más a mis hijos. Cuando acaba el día he anotado lo que hemos hecho y si hemos tenido algún conflicto.
Princesa necesita su rato de desfogue físico al salir del cole: correr, saltar, trepar, bicicleta, patinete o lo que se tercie ese día. Una vez que lo ha conseguido, necesita tranquilidad, busca un juego tranquilo, un cuento, un puzzle, plastilina, pintar...
Príncipe es menos claro en sus mensajes, le gusta ver a su hermana correr y saltar y a veces intenta imitarla, pero a su ritmo, él es más observador . Al contrario que su hermana, según se va acabando el día busca actividades con más movimiento, sobre todo cuando llega su padre.
Esta era la rutina que más o menos teníamos todas las tardes y dejandoles a ellos decidir que hacer, han hecho más o menos lo mismo.
Llevan un ritmo diferente y es difícil adaptarse a ambos, la mayoría de las veces suele ser príncipe el que se adapta a su hermana.
Os recomiendo tomaros una tarde de observación, donde no hagáis ni propongáis nada, simplemente estar a su lado y observar que hacen o que dejan de hacer, os ayudará mucho para saber si realmente la rutina diaria que lleváis es la adecuada o no.
Pues la verdad es que no se me ha ocurrido. En casa la rutina está más bien fijada por las necesidades familiares: si hay que hacer la compra, ir a cortarse el pelo o ir a merendar con los primos. Nunca las tardes son iguales pero ni se me había ocurrido plantearme si nuestros planes son los que les gustan a los niños... Buena reflexión.
ResponderEliminarEsta claro que las necesidades y obligaciones familiares son lo primero y los peques disfrutan mucho con ellas también, pero hay que dejar alguna tarde o rato en que sean ellos los que elijan que y como hacerlos. Gracias por pasarte
EliminarEn mi caso ya sabes que el peque es muy peque y también va a caballo del mayor, pero es verdad que es muy importante hacer las cosas que realmente les gustan y así disfrutamos más, a mí no me gusta tener obligaciones y cada día surgen cosas nuevas, eso sí necesitamos calleeee, jajaja la tarde en casa no nos gusta a ninguno, una entrada genial. Besicos.
ResponderEliminarEstamos igual, nosotros siempre tenemos un ratito de calle mientras no llueva a cántaros. Lo de los peques es verdad que son los que se adaptan a los mayores, aunque ya se impondrán y no sé como lo gestionaremos.....
EliminarEs una idea maravillosa. Pero parece mentira que no lo hagamos más a menudo, jajaja!!!
ResponderEliminarTomo nota, y lo pondré en práctica hoy mismo.
Besos.
Ya me contarás cuales son tus conclusiones. Gracias por pasarte!!!
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