Es una de las áreas en las que están divididos los materiales y actividades Montessori, a saber:
Hoy os voy a hablar de la vida práctica, no hace falta comprar ni preparar material, todo lo tenemos en casa y además que el niño participe en las rutinas diarias de una casa ayuda a todos, tanto a los padres como a los niños.
Pues bien, vamos a aprovechar esa curiosidad innata que tienen los niños, ese "¿te ayudo?", ese "yo solito mama". Sé que hay muchos padres a los que les agobia esto y no permiten que los niños participen en esas actividades porque son de mayores y peligrosas. Pues bien, olvidémonos de tanto prejuicio y ¡disfrutemos junto a los niños!, dejemosles hacer pero siempre a su lado para evitar peligros.
A los niños les encanta hacer las cosas que hacemos los adultos. Estos ejercicios de vida práctica son muy importantes y además abarcan dos niveles de desarrollo: El nivel personal por medio de la práctica de movimientos aislados y ordenados, aprovechando el deseo interno del niño de controlar su propio movimiento para obtener su independencia, y el nivel social en el que el niño actúa conscientemente para ayudar a mantener el ambiente trabajando conjuntamente con nosotros o con sus hermanos.
Son actividades por medio de los cuales el niño aprende a cuidarse a sí mismo y al ambiente y dominar las destrezas necesarias para relacionarse con el ambiente físico. Le permiten al niño imitar al adulto, le permiten desarrollar la coordinación, concentración, observación de detalles, aprendizaje de hábitos de trabajo y la preparación para utilizar materiales más complejos.
El propósito de estas actividades no es que el niño domine dicha tarea por sí mismo, sino ayudar a la construcción interna de la disciplina, la organización, la independencia y el respeto propio a través de la concentración de atención en un ciclo de actividad preciso y completo.
En mi casa, mis pequeños ponen la lavadora, yo les ayudo solo para echar el jabón, tendemos juntos la ropa y me ayudan a clasificarla y doblarla. Todo nace de su interés, no hay obligaciones, creo que esto es muy importante, hay que aprovechar la curiosidad de los niños y no obligarles a hacer algo.
Otras actividades de vida práctica muy habituales en nuestra casa son limpiar los cristales, limpiar el polvo, barrer y fregar el suelo. Poner la mesa, ayudar a cocinar, poner el lavavajillas o fregar.
Todas estas actividades están diseñadas para preparar al niño para experiencias de la vida real ayudarlo a desarrollar habilidades que aumentaran su independencia, autoestima y seguridad.
Princesa es la que se involucra más en estas actividades, disfruta un montón y se siente muy orgullosa cuando hace ella algo.
Príncipe en cambio es aun más pequeñín, aunque empieza a querer hacer el cositas, la lavadora y limpiar cristales le encanta.
Y yo estoy más relajada, ya no voy a la carrera haciendo las cosas de las cosas, sino que disfrutamos todos juntos de ellas, forman parte de nuestras actividades diarias.
Y vosotros, ¿realizáis con los niños actividades de vida práctica?