Cuando un niño se cae o se hace daño y se pone a llorar, rápidamente le cojemos para consolarle y casi siempre decimos: "No pasa nada..." "Ya está, ya se pasó" "Mama te lo cura y ya no duele" o intentamos distraerlos con alguna otra cosa. Buscamos callar ese llanto cuando es ese llanto el que hay que dejar fluir, es su forma de desahogo y lo necesitan.
Pues bien, ayer accidentalmente sufrí una buena caída.
Mis pequeños estaban jugando en el pasillo con el dosificador del jabón de manos, les dejé experimentar con la condición de que después lo limpiaran todo. Así fue, les di una bayeta a cada uno y lo limpiaron, pero hubo una zona que dejaron sin limpiar. Y fue en esa zona en la que me resbalé, como me pillo de imprevisto, sufrí una buena caída. Me puse a llorar como una niña, de rabia y de dolor, sobre todo de dolor y os aseguro que si en ese momento alguien se hubiera acercado a decirme "No pasa nada.." le hubiera mandado cerca, ¡¡¡¡pues claro que pasaba!!!! me dolía y mucho y además me daba rabia no haberlo visto y haber sufrido una caída tan tonta. Y os aseguro que necesité llorar durante un rato, era mi desahogo, y después me sentí bien, claro que me seguía doliendo pero había podido exteriorizar mi dolor y frustración y me sentía liberada.
Así que dejemos a los niños liberarse mediante las lágrimas, parece que vemos a un niño llorar y lo primero que nos sale es consolarlo pero callando esas lágrimas, pues bien consolemosles pero dejandoles expresar su dolor, su rabia o lo que sea que sientan en ese momento, las lágrimas son sanadoras.
Desde ahora intentare no volver a decir NO pasa nada.... porque si lloran es porque SI pasa algo.
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